A las mujeres que hicieron Patria… ¡Por cada héroe una heroína!

A las mujeres que hicieron Patria… ¡Por cada héroe una heroína!

Con motivo del Bicentenario de la Independencia y de la Revolución, hemos decidido enviar información sobre las heroínas mexicanas.

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Vol.: 3, 2010/17

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En este número y con motivo del Bicentenario de la Independencia y de la Revolución, hemos decidido enviar información sobre las heroínas mexicanas.  Esto porque no hay heroínas más desconocidas que las nuestras. Si bien regularmente se hace mención de algunas, la verdad es que son pocas, porque lo que se ha escrito sobre nuestro pasado siempre ha tenido un sesgo de género: sólo lo que los hombres hicieron se reconoce, de ahí que en estas fiestas que iniciaron en Agosto y seguirán hasta Noviembre, les hagamos honor a aquellas que también construyeron patria.

Este documento es gratuito y se puede distribuir de manera libre siempre y cuando se cite la fuente y se reproduzca respetando la intención original de la autora.

A las mujeres que hicieron Patria…

¡Por cada héroe una heroína!

Dra. Laura Frade Rubio (R)

La historia de cualquier país ha sido escrita de manera dominante por los hombres. No es de extrañar, entonces, que lo que hicieron las mujeres no se reconozca. Lo que ellas aportaron a los diversos momentos que se han vivido en el país, no se visualiza, o bien se hace muy poco. Esto tiene que ver con que se considera como natural su aportación, era su obligación sumarse. Es decir resulta evidente que lo que hicieron fue gracias a que otros comandaron su destino. El problema obviamente es un asunto de género que no de sexo y como tal puede cambiar. ¿Pero qué es lo que se debe modificar?

Para empezar tendríamos que clarificar estos conceptos. Aparentemente tiene los mismos significados: sexo y género, pero no es así. La segunda, la palabra género es una categoría de análisis de las ciencias sociales, que establece la diferencia entre el sexo biológico y la construcción social que se le asigna a lo femenino y a lo masculino, misma que analiza las condiciones, los estereotipos, valores, actitudes, roles, costumbres, creencias, tradiciones y actividades que de manera diferenciada se le han dado a las mujeres y los hombres en cada sociedad, y que por tanto se modifica con las culturas y con el tiempo[i]. Ejemplos de construcciones sociales de género son: en las culturas árabes musulmanas más conservadoras, la clirdectomía, operación que se realiza en las niñas antes de los 2 años de edad con el objeto de que no sientan placer,  y en la que se les quita el clítoris mediante procedimientos dolorosos, sin anestesia y sin higiene, partiendo de la creencia cultural que ellas por ser mujeres no deberán sentir placer; es una tradición que emerge del concepto de género que se tiene en la misma.  En China se le amarraban los pies a las niñas para que éstos no les crecieran y les quedaran siempre pequeños, como los del tamaño de un bebé, lo que las obligaba a caminar moviendo la caderas, asunto que se consideraba atractivo, acción que otra vez emerge de la expectativa social de lo que debe ser una mujer. Esta vieja costumbre que fue eliminada en tiempos de Mao con las revisoras de pies casa por casa. En el caso mexicano todavía se cree que muchas niñas en las comunidades no deben asistir a la  escuela porque “no deben estudiar puesto que son mujeres y deberán dedicarse al hogar y está mejor que ayuden en casa”.

Como se observa estas son creencias y tradiciones, interpretaciones sociales que se derivan del género como construcción social, que no del sexo como destino biológico, y afectan negativamente a la población femenina. Es decir que éste último no obliga a llevarlas a cabo, de ahí que se haga la diferenciación entre género y sexo. Estas construcciones sociales que se adjudican a lo femenino y a lo masculino se pueden y se han ido modificando con el tiempo, pero además no son iguales en todas las culturas, por ejemplo no hay, ni hubo obligación, de que en México nos amarraran los pies  a las niñas al igual que se hacía en China.

Veamos como afecta la construcción de género a las mujeres y a los hombres por separado. 

Por definición social, las mujeres debemos ser: bonitas, no muy brillantes, buenas cocineras, serviciales, sumisas, obedientes, trabajadoras en el hogar, buenas madres, pero resulta que en la realidad no cumplimos con todas estas expectativas, lo que genera una baja valoración de lo que somos y hacemos, pero además esos estereotipos no son ciertos porque podemos también ser inteligentes, trabajadoras, exitosas en lo público, así como en lo privado, estar casadas y al mismo tiempo tener un profesión, hijos, e hijas y marido que nos adoren,  y además saber cocinar, ser valientes, dar la cara y tener iniciativa.

En el caso de los hombres por definición social ellos deben ser: altos, fuertes, guapos, valientes, audaces, trabajadores y exitosos, además no deben llorar, porque hacerlo es una muestra de debilidad. Este es el estereotipo construido, pero la realidad dista mucho de ser así, y la carga y la expectativa social que genera esta creencia obliga a quién no la cumple a hacer cosas para salir adelante que no necesariamente redundan en su beneficio. De ahí que los hombres mueran antes que las mujeres, les den infartos o bien en perezcan en accidentes automovilísticos que emergen de la concepción de la audacia en el volante. (Se recomienda leer: El hombre como factor de riesgo, de Benno de Keijzer en donde se señala que la concepción de ser hombre actual es un riesgo para ellos mismos, para las mujeres y para los niños y las niñas, y a Juan Carlos Pérez Castro que señala que la conceptualización de hombre actual es un riesgo para el medio ambiente ya que lo usa y tira por una relación de dominio, misma que ejerce de igual manera con las mujeres y los niños/niñas).

Es a partir de lo que los hombres creen que deben ser y hacer que se hacen daño: “Soy fuerte, no lloro, por esto me impongo, golpeo, lo demuestro, y hago lo que quiera con los recursos a mi alcance” O bien: “Me dedico a la parranda, a tomar y a dejar las obligaciones que no puedo cumplir”. Esto tampoco es un asunto de testosterona, porque no todos los hombres golpean y se pueden controlar, ni tampoco todos son alcohólicos, pero si hay estereotipos que lo promueven.

Es decir que la construcción de género no sólo hace daño a las mujeres sino también a los hombres y es relacional, lo que se espera haga uno es necesariamente y correspondiente a lo que se espera haga el otro.

No es de extrañar por tanto que sí las mujeres cuentan con una construcción social de género en la que ellas deben permanecer en la invisibilidad, en las tareas propias de su sexo, lo que han hecho en la historia sea ignorado o bien se conozca poco. Sabemos que hizo Josefa Ortíz de Domínguez, Leona Vicario, Gertudris Bocanegra, o bien conocemos las obras de Sor Juan Inés de la Cruz, o el papel que jugó la Güera Rodríguez, pero, cabe la pregunta: ¿habrán otras?

En algunos países como en Estados Unidos en algunas editoriales existe una consigna para estudiar historia: por cada héroe que se enseñe debe mencionarse una mujer, entonces cuando uno ve los libros de texto que se elaboran se encuentra con que se describen lo que hicieron ellos pero también lo que ellas aportaron. Así, sí se estudia Abraham Lincoln de deberán mostrar sus contemporáneas, las grandes mujeres como Harriet Tubman  quién, entre otras muchas actividades, liberó a muchísimos esclavos al esconderlos en casas distintas durante su camino a Canadá cuando  huían de la esclavitud mediante el conocido: Underground train, es decir el tren clandestino que se le llamaba al proceso organizado de esconder afroamericanos hasta que llegaban a éste otro país.

Lo mismo sucede cuando en algunos países se estudia la Revolución Francesa; al mismo tiempo en que se  estudia a Rousseau, Diderot y Voltaire, se analiza también a Olympia de Gouge, quién fue la primera mujer que habló de los derechos de las mujeres, asunto que implicaba que podían votar, y ser electas. No obstante, en la Época del Terror le cortaron la cabeza por sus acciones e ideas. Ella tenía una frase que hoy es muy famosa: Sí la mujer tiene el derecho de subir al cadalso; debe tener también el de subir a la Tribuna[ii].

Para lograr esto en los países y en las Universidades se ha estudiado qué pasó con las mujeres en la historia. En el nuestro, diferentes instituciones como la UNAM, el Colegio de México y otros se han lanzado a esta tarea, por lo que hoy contamos con libros e investigaciones sobre el tema.

Así nos encontramos con las siguientes heroínas poco conocidas, y que hoy a los 200 años de ser un país, deberíamos reconocer. No sólo por su papel en el Bicentenario sino en la construcción de México como nación, asunto que nos ha costado y nos sigue costando.

Sin hacer un estudio exhaustivo, sin ser historiadora, y tomando en cuenta que esto es una breve investigación bibliográfica y electrónica, a continuación enumero algunas de ellas, comenzando por las más conocidas para pasar a las que menos lo han sido, e iniciando por la Independencia y terminando por la Revolución:

Josefa Ortíz de Domínguez (1774-1829).-

Esposa del Corregidor de Querétaro (especie de juez), mujer que era parte de la Conspiración de Querétaro junto con Don Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende, que planeaban un levantamiento para el 1o de Octubre de 1810 contra la Corona Española, dado que los delataron, y su esposo se enteró y le dieron la orden de agarrar a los culpables, la encerró para protegerla, entonces ella pegando con un zapato en el piso llamó al alcalde Ignacio Pérez que vivía en el piso de abajo, quién pudo advertirles a Don Miguel y a Allende que habían sido traicionados, por lo que adelantaron la lucha, de manera que la noche del 15 al 16 de Septiembre se dio el Grito de Independencia con el cuál se inicio formalmente la lucha en Dolores, Guanajuato, hoy Dolores Hidalgo. Josefa fue enviada castigada a un Convento en dónde vivió muchos años hasta que la dejaron salir. Nunca quiso que le reconocieran lo que hizo. Murió de Pleuresía en 1829[iii].

Gertudris Bocanegra (1765- 1817).-

Heroína de la Independencia, el 16 de septiembre de 1810, Gertudis convenció a su esposo Lazo de Vega a unirse con su hijo a los insurrectos, cuando la columna insurgente pasó por sus tierras ambos se agregaron a las fuerzas rebeldes de las filas de Miguel Hidalgo. También organizó una red de comunicación en la que las mujeres de la región tuvieron una gran relevancia, así como fuerzas armadas puesto que reclutó gente y además hacía reuniones en su casa con los rebeldes. En 1817 fue traicionada y se cuenta que, el día de su fusilamiento y antes de morir, sus ultimas palabras fueron para convencer al pelotón y a las personas que presenciarían su ejecución para que se unieran a la causa de la libertad[iv].

Leona Vicario (1789-1842).-

Una de las primeras mujeres periodistas de México, nacida en 1789 de férreo carácter y formación intelectual, se unió a la sociedad secreta de los Guadalupe que trabajaba a favor de la Independencia. A los 20 años gastó el patrimonio de sus padres para comprar armas y proveer de comida a los insurgentes. Ayudaba a las familias de los apresados y reclutaba hombres. Escribió informes en códigos en el periódico El Ilustrador Americano, pero a la edad de 24 años fue aprehendida y amenazada con pasar el resto de su vida en la cárcel si no delataba a sus compañeros de lucha,  ella eligió la cadena perpetua; pero su gente no tardó en rescatarla. Al salir siguió escribiendo y al lado de su esposo ambos defendieron su proyecto de nación. Murió en 1842[v].

María Ignacia Javiera Rafaela

Agustina Feliciana Rodríguez de Velasco y Osorio Barba Jiménez Bello de Pereyra Hernández de Córdoba Solano Salas Garfias mejor conocida como María Ignacia Rodríguez de Velasco, la Güera Rodríguez (1778-1850).- Apoyó la causa insurgente con su dinero y relaciones, siendo incluso acusada de herejía por defender la independencia y por haber mantenido tratos con el cura Miguel Hidalgo y Costilla. Fue llevada ante el tribunal de la Santa Inquisición, el 22 de marzo del 1811, donde también la acusó Juan Saénz de Mañozca de inclinación al adulterio. Los cargos se levantaron por falta de pruebas, después de que María Ignacia argumentara en su defensa sobre la moralidad y orientación sexual del inquisidor. Después de su audiencia, el virrey Francisco Javier de Lizana la exilio de Querétaro por un corto tiempo. También participó en la alta política al sugerir que el hombre que buscaba Fernando Séptimo para negociar con los Insurgentes era Agustín de Iturbide[vi].

María Luisa Martínez (1790-1817).-

Originaria de Erongaricuaro, Mich, sirvió especialmente de correo entre los insurgentes que peleaban por la independencia nacional, contra los realistas. Antes de ser fusilada pregunto: “¿Por qué tanta obstinada persecución contra mí? Tengo derecho a hacer cuanto pueda en favor de mi patria, porque soy mexicana. No creo cometer ninguna falta con mi conducta, sino cumplir con mi deber[vii]”.

Manuela Medina, la Capitana, (?-1822).-

Mujer entusiasta y decidida que dejó familia, hogar y tranquilidad para buscar en las trincheras y los azares del combate la satisfacción de ofrecer su esfuerzo a cambio de la libertad de México. Obtuvo su grado de Capitán, desde los primeros meses de 1813, tres años después de haberse iniciado la guerra de independencia. Dicho grado lo expidió la Suprema Junta de Zitacuaro, Michoacán, establecida en la Plaza de Sultepec. Entre las grandes batallas que combatió destaca la ocupación del puerto de Acapulco, consumada el 13 de abril de 1813, y la redención del Castillo de San Diego (fortaleza acapulqueña), lograda el 20 de agosto del mismo año. Cuando terminó el movimiento armado ella no se unió a Agustín Iturbide ya que tenía ideas muy claras sobre lo que quería. Murió pobre y sola de múltiples heridas que le había ocasionado la Guerra.  De los actos más extraños que hizo La Capitana está el viaje de más de 500 kilómetros sólo para conocer a José María Morelos y Pavón por quien sentía una gran admiración[viii].

Carmen Camacho.-

Mujer que trataba de convencer a los soldados realistas para que se pasaran al ejército insurgente, fue fusilada por lo mismo. Al morir le pusieron un letrero que decía: “Ejecutada por seducir a la tropa realista[ix]”.

María Tomasa Estévez.-

Considerada también como parte de las “seductoras”, fue fusilada por Agustín Iturbide por seducir a tres soldados, aunque en realidad sólo les dio asilo por una noche en su casa puesto que los dejó dormir ahí, la confundieron y la fusilaron igualmente[x].

Otras “seductoras” fueron: Felipa, Antonia Feliciana, María Martina, y María Gertrudis Carrillo, 5 hermanas que fueron apresadas por lo mismo[xi].

Mariana Rodríguez del Toro.-

Mujer de 19 años que fue encerrada diez años en la cárcel a pesar de pertenecer a la clase alta, por haber conspirado la noche en que agarraron a Miguel Hidalgo. Cuando lo supo estaban reunidos en una tertulia varios conspiradores y dijo: “¿Qué no hay otros hombres en América que los generales que han caído prisioneros?” Entonces fue que se le ocurrió la idea de secuestrar al Virrey y matarlo, asunto en el que todos los participantes estuvieron de acuerdo, pero sólo en lo primero y lo fueron preparando poco a poco para el 30 de abril de 1821, pero uno de los presentes la traicionó, cuando fue y se confesó con el Sr. Cura, por lo que tanto a ella como a su esposo los metieron a la cárcel. Fue liberada en 1820, murió poco después de la Independencia porque la cárcel minó su salud[xii].

La Barragana.-

Mujer que dirigía una tropa de indios flecheros durante la independencia[xiii].

La Guanajuatera.-

Que entre hazañas reunió un grupo de mujeres y con un pieza de artillería se unieron a los rebeldes y enfrentaron a los realistas[xiv]. 

La Gabina.-

Usaba uniforme de Capitana y se levantó una división completa para luchar contra los Realistas, se le acusó de haber matado españoles en la Alhóndiga de Granaditas y fue ahorcada con su hijo siendo que eran inocentes[xv].

La Campanera.-

Apoyaba a su esposo insurgente y estuvo a punto de ser fusilada pero se le concedió el indulto por estar embarazada[xvi].

Josefa Martínez.-

Luchaba hombro con hombro con su esposo, vestida de hombre.  A la muerte de éste siguió luchando, pero fue apresada y recluida en la Casa de las Recogidas de María Egipciaca en Puebla, gracias a su Padre le dieron el indulto[xvii].

La Valentina,Valentina Gatica,

Fue una mujer del pueblo que durante la Revolución Mexicana se ganó un puesto reconocido como un soldado más de la tropa en el frente de batalla, portando dos carrilleras terciadas sobre el pecho, y con una carabina 30-30 al hombro[xviii]. 

Amalia Robles Dávila (1891-1984).-

Mujer campesina, zapatista, llegó al grado de coronela en el Ejército Libertador del Centro y del Sur[xix].

Carmen Serdán (1875-1948).-

Revolucionaria poblana, hermana de Aquiles Serdán. Ella, su esposo, hermano y otros familiares integraban una célula revolucionaria que realizaría un levantamiento armado en 1910 en coordinación con otros grupos revolucionarios. Al ser descubiertos se defendieron hasta que se les agotaron las municiones, quedando presos ella, su madre y cuñada, siendo asesinados sus hermanos y esposo[xx].

Juana Gutiérrez de Mendoza (1875-1942).-

Nació en Durango, maestra normalista, combinó su actividad con la lucha de los trabajadores por una sociedad más justa. Sus ligas con las organizaciones obreras y campesinas fueron frecuentes y se distinguió como organizadora y periodista. Fundó el periódico “Vesper” y “El Desmonte”, tuvo relación con los hermanos Flores Magón. Muchas veces fue encarcelada por su labor en contra la dictadura de Porfirio Díaz[xxi].

Elena Armendariz.-

Colaboradora de Madero. Fundó la Cruz Blanca durante la Revolución para atender a los heridos que no eran atendidos por la Cruz Roja, ya que ésta sólo veía por los soldados que pertenecían al Gobierno de Porfirio Díaz. Fue periodista y también fundo la Liga de las Mujeres Latinoamericanas que buscaba la emancipación femenina, entre sus consignas se encontraban el derecho al voto y a ser electas. Vivió en el exilio en la Ciudad de Nueva York casi 10 años[xxii].

Si bien es cierto que éstas no son todas nuestras heroínas y que obviamente puede haber más, lo que  se pretende es dar a conocer un poco de lo que se omite en nuestra historia, no sin dejar claro que la misma interpretación de la importancia que se les da a ciertas heroínas con respecto a otras cuenta también con un sesgo de género, mientras que a las 4 primeras todo el mundo las conoce, al resto no. ¿Cuál es el patrón que une a cada grupo: conocidas y no conocidas? ¿Por qué a alguien como Manuela Medina “La Capitana”, compañera de lucha de Morelos, grado que se ganó a pulso y que además luchó durante toda la Independencia en campos de batalla, poca gente la conoce y casi nunca se le nombra? ¿Por qué se reconoce a Josefa Ortiz y a Leona Vicario? Porque lo que hizo la primera no era convencional, ni aceptado, jugó prácticamente el rol de un hombre. Mientras que las segundas además de cumplir ciertos roles, eran mujeres criollas y no pertenecían a la misma clase social de quiénes se la jugaron en la batalla.  Es de destacar que mientras a las criollas que lucharon durante la Independencia  las encerraban en conventos como castigo, a las indígenas pobres las mandaban fusilar. No es de extrañar entonces que no se le mencione. Conocemos sólo aquellas que jugaron papeles más aceptados, menos escandalosos, pero que además, en su mayoría eran “pudientes”, por así decirlo. y las que tuvieron roles poco aceptados como la Güera Rodríguez se les conoce más por sus pecados que por lo que aportaron, esto pasa a un segundo nivel. 

En suma, la enseñanza de la historia debería identificar lo que contribuyeron las mujeres pero también debería visualizar por qué se les ignora, qué hicieron y qué rol jugaron en el momento que les tocó vivir,  estableciendo que sí permanecen en la ignominia en pleno Siglo XXI, el problema sigue siendo la valoración que se hace de su participación, es por tanto un problema de discriminación de género y de clase.  

 [i]Ann Oakely, Sex, Gender and Society, London, Temple Smith. Reprinted with new Introduction, London: Gower, 1985.

[ii] George Duby y Michelle Perrot, Historia de las Mujeres en el Siglo XVIII, Santillana, 1993.

[iii] www.bicentenario.gob.mx

[iv] http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=457634870&blogId=484954425, además de Galí i Boadella, Montserrat, Historias del Bello Sexo: La introducción del romanticismo en México, México:UNAM, 2002.

[v] www.bicentenario.gob.mx

[vi] http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=457634870&blogId=48495442, además de Galíi Boadella, Montserrat, Historias del Bello Sexo: La introducción del romanticismo en México, México:UNAM, 2002. Y www.genderlatam.org.uk

[vii]http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=457634870&blogId=484954425,

[viii]Conferencia e información brindada por Leonor Cortina, Museo Casa de la Bola Tacubaya, 2009, Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama, México, D. F.

[ix] Idem

[x] Idem

[xi] Idem

[xii] Idem

[xiii] Idem

[xiv] Idem

[xv] Idem

[xvi] Idem

[xvii] Idem

[xviii]http://www.servicioskoinonia.org/agenda/archivo/obra.php?ncodigo=443

[xix] Idem

[xx] Idem

[xxi] Idem

[xxii]Gabriela Cano, Se llamaba Elena Armendariz, Edit.  Tousquets Editores, México, 2010.

Se verificaron algunos datos tambien en www.wikipedia.org

Sabías que…

1. La historia de las mujeres es una disciplina que se ha abordado poco a poco  en los últimos 100 años aproximadamente, y que cada vez las universidades del mundo investigan más sobre el tema.

2. Que no se estudian sólo los hechos, lo que pasó o lo que hicieron ellas y cómo contribuyeron, sino también como su condición de género impactó en lo que hicieron o las consecuencias que tuvieron por ello, de manera que no se visibiliza solamente lo que aportaron sino también cómo los estereotipos y construcciones sociales afectaron su calidad de vida y su impacto en la sociedad.

3. No es casual que no se les estudie, que se les ignore y que permanezacan en la ignomia, visibilizar sus contribuciones implicaría comenzar a construir una sociedad más democrática, igualitaria y sobre todo en las que ambos mujeres y hombres pudieran identificarse como actores activos de una historia que es parte de su identidad como miembros de una sociedad determinada.

Tips para el salón de clase

1. Establece una consigna en tus clases de historia: “Por cada héroe hombre que estudies en el aula con tus estudiantes estudia también una heroína mujer”. Esto no sólo contribuirá a que se conozca la verdad sino que al mismo tiempo ayudará a ir eliminado los estereotipos de género que nos hacen daño, que discriminan y van en contra de la dignididad de las mujeres y de la igualdad en los derechos y oportunidades. 

2. Si no cuentas con información búscala en el Internet y también con las investigadoras de la UNAM, del Colegio de México, y de otras universidades, muchas de ellas cuentan ya con muchísima información que pudiera ayudarnos a generar otra historia, una más completa en donde todos nos sintamos parte del país que hemos construido.

3. Identifica estereotipos de género en libros y materiales y elimínalos, o bien no los uses o bien cuestiónalos, como lo sería la típica fotografía o imagen en la que la mamá está limpiando la casa mientras el papá está leyendo el periódico, o bien los libros que incluyen en la palabra niños a las niñas. Esto porque la historia de discriminación se modifica cuando somos capaces de identificar lo que la genera: los estereotipos, roles, creencias y tradiciones que todavía se adquieren en clase.

4. Identifica que la categoría de género es relacional, es decir lo que hacen ellas complementa lo que hacen ellos y viceversa, si dentro de los estereotipos ellas son consideradas como débiles, ellos como fuertes, si éstos últimos son audaces, las mujeres son consideradas desvalidas. La realidad es que la noción de complemento, nos necesitamos mutuamente, debe venir de la complementariedad en las capacidades de cada quién. Si por ejemplo una estudiante es buena para las matemáticas, el otro lo será para dibujar, y la otra para escribir.

Utilizar los dones de cada quién promueve la equidad y la igualdad de género, pero no es algo que se relacione con el simple hecho de ser mujer u hombre, sino con las capacidades cerebrales que cada persona posee, asunto que es muy independiente. 

Calidad Educativa Consultores S. C. es una empresa que busca impulsar la calidad en la educación desde la perspectiva del fortalecimiento y actualización de lo procesos de intervención educativa, pedagógica y didáctica que los y las docentes, sus directivos y supervisores realizan buscando responder con ello a las necesidades y el contexto del Siglo XXI. ¡Contrata nuestros servicios!

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