El tema prohibido

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El uso del conductismo en el aula. El asunto es que aunque se prohíba, los docentes siguen haciendo uso del mismo.

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Vol.: 4, 2011/23

Calidad Educativa Consultores S. C. te envía nuestro boletín de información cuyo objetivo es difundir reflexiones e ideas sobre la práctica educativa. Tanto éste como los boletines anteriores, han retomado las principales necesidades que hemos observado en los talleres, conferencias y clases en vivo con estudiantes que hemos observado. Esperamos que te sea útil.

En este artículo estamos abordando un tema muy controversial para el país: el uso del conductismo en el aula. El asunto es que aunque se prohíba, los docentes siguen haciendo uso del mismo, principalmente en lo que se refiere al manejo de la disciplina. El problema es que dado que se ha satanizado ya no se estudia su aplicación en el aula en las normales porque se piensa que está pasado de moda y por lo mismo al hacer uso del mismo sin su fundamentación teórica se mal emplea. Por esto cabe la pregunta: ¿por qué se sigue utilizando si tiene severas fallas y sí es así cuáles son? O bien, ¿existen aportaciones que se puedan considerar en el proceso educativo? Sí es así, ¿cuáles son? La idea otra vez es partir del principio que emana del pensamiento complejo: las características o elementos de un objeto de conocimiento no son excluyentes, no hay disyunción, existe una porque existe la otra y entre ambos hay complementariedad, así que como decía Vygotsky la conducta resulta de un proceso cognitivo cuyo elemento articulador es el lenguaje, por lo que observar ambas partes de la relación: cognición y conducta lleva a crear un sistema que contribuye a mejorar nuestra práctica docente.  


Este documento es gratuito y se puede distribuir de manera libre siempre y cuando se cite la fuente y se reproduzca respetando la intención original de la autora.

El tema prohibido

Dra. Laura Frade Rubio ®

Reformas van y reformas vienen y el conductismo sigue vigente en el aula, particularmente en el manejo disciplinario de los grupos que atienden los maestros y maestras. De hecho muchas prácticas de enseñanza constructivista cohabitan con prácticas conductistas disciplinarias o bien que buscan motivar a los estudiantes. Normalmente cuando se hace esta observación en los círculos académicos se responde de manera abrupta: “…es que las y los y las docentes no saben aplicar otras estrategias, hay ignorancia. Es que no les gusta renovarse, es que son tradicionalistas, es que…” Es decir que automáticamente se adoptan  supuestos sin hacer otro tipo de preguntas: ¿será que no saben o más bien que existen variables que afectan el proceso a tal grado que es necesario recurrir a múltiples aproximaciones en la educación y no sólo a una? El asunto es que el conductismo sigue vigente en la práctica docente y que existen razones que explican el fenómeno de su uso que nos podrían llevar a identificar qué se puede hacer, pero sobre todo cómo podríamos mejorar para alcanzar los resultados que queremos a nivel académico, valoral, actitudinal, etcétera, tanto en el corto como en el mediano y largo plazos.   

Para empezar podemos comenzar por definirlo, el conductismo es una teoría de aprendizaje que afirma que éste se produce cuando el sujeto entra en contacto con el ambiente, recibe un estímulo que provoca una respuesta. Es decir que el aprendizaje se da por la asociación entre estímulo -respuesta. El evento más claro para explicarlo es el experimento que hizo Pavlov: si a un perro se le presenta el alimento él babea, y sí a la presentación de la comida se le asocia con el sonido de una campana varias veces: alimento – campana, alimento-campana, etcétera, cada vez que se le expone a dicha asociación llegará un momento en que sólo por escuchar el tintineo comenzará a babear aún en ausencia de los comestibles.

De acuerdo a esta teoría el aprendizaje, éste se da por asociación entre el estimulo que se presenta y la respuesta que se provoca tanto en los seres humanos como en los animales, de ahí que lo más importante a considerar sea la conducta que se emite. Entendiendo a ésta última como el comportamiento que realiza el sujeto que se puede observar y medir. Esto implica que todo proceso cognitivo queda fuera del análisis. Obviamente que esta teoría de aprendizaje emerge durante el paradigma lógico positivista de la ciencia cuya premisa es la experimentación observable que lleva a verificar la verdad, entendida como lo que existe y es real, lo que está independientemente del sujeto que lo observa.

Dentro del conductismo tenemos varias corrientes, de manera muy sintética podemos establecer las siguientes grandes ramas:

  • El conductismo metodológico promovido por Iván Pavlov (1849-1936), John Watson (1878-1958) Edward Thorndike (1874-1949) que señalan que los estados mentales no se pueden estudiar, sino más bien la conducta que se despliega en el ambiente.
  • El conductismo operante o radical, promovido por B. F. Skinner (1938-1974) que también establece que lo más importante es la conducta que se observa y no los estados de la mente pero hace una diferenciación diciendo que la conducta se puede comprender a partir de las claves que se observan en el entorno y los resultados que emite el sujeto frente a los mismos. Entendiendo por claves los antecedentes al comportamiento que establecen las condiciones para su repetición. Los resultados son entonces las conductas que se pueden predecir, por lo que para esta corriente tratar de entender lo que sucede en la mente no tiene importancia ya que todo se encuentra en el ambiente en el que se encuentra el sujeto.  Este teórico decía que el conductismo más que ser una teoría de aprendizaje es un proceso de análisis del comportamiento en donde lo importante era detectar por observación de la conducta los reforzadores de la misma, es decir los incentivos, aquellos estímulos que promovían que una conducta se repitiera, pero también aquellos que la inhibían, es decir los castigos, lo que la persona buscará evitar y con ellos las consecuencias que se derivan de esto.
  • El conductismo por modelaje social de Albert Bandura que señalaba  que todo aprendizaje resulta de la interacción entre la conducta que se emite y lo que sucede en el ambiente, de manera que no todo se explica sólo por lo que pasa en éste último, sino también por lo que hace el sujeto y por lo que le motiva a actuar, es decir su motivación. 
  • Existen otros conductismos que emergen posteriormente a Skinner y que señalan que los estados mentales sí pueden ser observados pero que para eso se requiere de la tecnología, está es una conceptualización que emerge con las neurociencias, puesto que ahora se pueden observar los diversos estados relacionados con la conducta al identificar qué sucede en el cerebro y sobre todo un cerebro en vivo, de hecho la neuropsicología estudia la relación entre lo que hace el cerebro y la conducta que se provoca mediante diversos estudios y pruebas empíricas que van desde el uso de una resonancia magnética funcional en la que observa el movimiento del cerebro frente a los estímulos, hasta la aplicación de tests que tienden a aislar ciertas conductas que se desean estudiar. Cabe señalar que ésta no es la única corriente dentro de las neurociencias y que existen otras aproximaciones más complejas que sí bien utilizan la tecnología, afirman además que el ambiente y lo que se hace en éste por el sujeto impactan al cerebro, se llama la neuropsicología ecológica.    

¿Qué es lo satanizable del conductismo? 

El asunto es que en general, dado su origen positivista, el mayor error del conductismo fue haber eliminado la mente, es decir los procesos y estados cognitivos de su análisis, desdeñándolos como base de la conducta y de lo que el sujeto piensa, siente, conoce y hace, de ahí que cuando emergen las corrientes cognitivas en la psicología pues obvio que el conductismo se queda pequeño, muy pequeño. Resulta demasiado fácil sólo analizar lo que una persona hace para definir lo que es, aprende, conoce, piensa, advierte o desea, pero además es imposible explicar lo que una persona realiza, es decir su conducta, exclusivamente por lo que se observa de la misma, si bien ésta nos ofrece señales, signos, pautas o indicadores de que algo sucede, no es suficiente sólo observarla para explicarlo, es sólo una parte del análisis tanto del aprendizaje de una persona como de su actuar.

 El otro gran error del conductismo fue comparar a los seres humanos y su aprendizaje con el de los animales determinando características iguales en las condiciones de experimentación, es decir sí el ratón hace… el ser humano pues también… sin identificar las “pequeñas diferencias” que nos alejan: pensar, producir conocimiento, tomar decisiones, transformar el ambiente de acuerdo a nuestras necesidades y además de todo trasmitirlo a las generaciones siguientes. Esto entonces lleva a generar una gran rebeldía frente al conductismo porque conduce a la consideración de que quién lo aplica parte del principio de que podemos ser manipulados como los animales, es decir si nos dan una galletita damos la mano…

Por estas razones, podemos afirmar que el conductismo cuenta con dos errores grandes, uno de naturaleza conceptual y el otro experimental que afecta además uno de nuestros más profundos deseos como humanos: dejar de lado lo animal, ser diferentes, contar con una dignidad que nos haga emerger como seres únicos capaces de pensar y transformar la vida.

Como se ha mencionado antes, a pesar de estos grandes errores, el conductismo se sigue utilizando en las aulas de nuestro país, los maestros siguen dando puntos o firmas por el trabajo realizado, o bien imponen castigos por lo que no se hace, o no se cumple, como sacar al estudiante del salón, o bien suspenderlo asunto que se convierte muchas veces más bien en un regalo. El asunto es que esta mecánica, de incentivos y sanciones, la hacen sin saber exactamente como se aplica este tipo de programas en la mayoría de los casos, pero además no lo llevan a cabo porque estén convencidos de que el conductismo sea bueno sino porque no encuentran otra manera de manejar a grupos grandes, sobre todo de adolescentes o jóvenes que no van a la escuela por gusto sino por imposición y en donde muchas veces lo que hacen es aburrido y en dónde ellos, los y las docentes, deben cumplir con un plan de estudios y unas normas que se les han asignado aunque muchas veces no estén de acuerdo.     

Por el otro lado, desde la perspectiva académica dominante, el conductismo debería desaparecer de las aulas por anticuado y porque no explica el aprendizaje como tal, así que tenemos ideas y prácticas encontradas entre los que señalan el rumbo educativo y los que lo ponen en práctica que fomentan que las directrices planes y programas digan una cosa pero en realidad se haga otra.  

La realidad es que el conductismo sí se sigue utilizando en varios ámbitos: en la neurología, la rehabilitación, la psicología clínica, el mercado laboral, y aún en la educación. Si bien en el caso mexicano de manera extraoficial y casi a escondidas, en otros países se usa de manera abierta como en Inglaterra y Estados Unidos, pero además la UNESCO tiene algunos documentos que señalan como el conductismo es una alternativa para el manejo del comportamiento en el aula cuya aplicación previene situaciones conflictivas en la escuela. También existen asociaciones internacionales muy  completas y fuertes económicamente hablando en Europa, Estados Unidos, África y Asia que continúan estudiando el comportamiento desde una perspectiva conductista muy Skinneriana o Neoskinneriana y cuentan con laboratorios, diplomados, maestrías, cursos de certificación en tres ámbitos: psicología clínica, psicología de la educación y psicología laboral. 

Por ejemplo, existen múltiples terapias que se aplican para la superación de problemas de alcoholismo, drogadicción, obesidad, y en general para los trastornos compulsivos, puesto que atacan el incentivo que provocan estos vicios y establecen procesos de autocontrol a partir del análisis de la propia conducta, por ejemplo cuál es el antecedente previo a fumar para luego evitarlo, pero además existen terapias para los niños y niñas con problemas de comportamiento severos que parten de la modificación de los mismos mediante el análisis de los reforzadores y los inhibidores, es decir de observar qué genera el problema de conducta en el ambiente, cuál fue el antecedente que lo ocasiona y cuál el consecuente, qué pasó antes y qué después. De hecho existen en México clínicas de la conducta ya sean públicas o privadas que trabajan principalmente con casos psiquiátricos, es decir con los niños y niñas que padecen trastornos de comportamiento severos.  

En el caso de la educación se brindan cursos para el manejo disciplinario de las escuelas mismo que está centrado en establecer una disciplina democrática, de manera que los directivos, docentes y prefectos puedan impulsar programas basados en contratos y reglamentos señalando las actividades permitidas, negociables y prohibidas (como llevar armas), definiendo los incentivos (sociales y de tiempo libre) y las sanciones (consecuencias lógicas de lo que se hizo, la reparación del daño). Esto permite crear un ambiente predecible que posibilita que el estudiante aprenda a tomar decisiones sobre lo que tiene que hacer en el contexto escolar, al poder elegir cómo se comporta obteniendo beneficios o sanciones por hacerlo desarrollando así, gradualmente, una competencia para la vida: el manejo de situaciones en las mejores condiciones. Si bien dichos programas de conducta  son ampliamente criticados porque se dice que enseña a los niños y niñas a recibir algo por lo que hacen, su aplicación genera mejores ambientes escolares que cuando sólo se les da un reglamento y se aplican sanciones sin ninguna motivación cuando las cosas se hacen bien. Es decir que cuando sólo se observa el deber, lo que se tiene que hacer, aunque se señale que es por el beneficio colectivo y por amor a la nación, no se fomenta la libre elección en la toma de decisiones, de manera que los niños y las niñas no aprenden a decidir. Cuando no existen incentivos lo que se hace realmente es enseñar a obedecer fomentando así una moral heterónoma, es decir que depende de la autoridad externa en lugar de ser autónoma: el sujeto decide lo que le conviene hacer sobre la base de normas y valores sí, pero también porque al hacerlo es premiado socialmente.  

También se dan cursos sobre el diseño de exámenes en los que se identifiquen diversos niveles de dominio en el aprendizaje por parte de los estudiantes, de manera que se puedan diseñar de forma más objetiva, tomando bases más científicas que lleven a evitar los errores que normalmente se cometen en el diseño estandarizado de exámenes y que llevan a procesos poco transparentes o bien poco científicos. Dichos cursos identifican las categorías que emergen de visualizar las conductas que se establecen cuando se aplican ciertos reactivos, es decir que consideran las aportaciones de Benjamín Bloom, el psicólogo norteamericano que diseñó una taxonomía de objetivos considerada como conductista, aunque en realidad estableció un parteaguas al identificar las habilidades de pensamiento que se utilizan al conocer. El asunto es que Bloom, en realidad, nunca se dejó de lado, y las taxonomías actuales emergen de su trabajo y categorización. Lo anterior porque no se resolvió el dilema desde la psicología cognitiva: ¿cómo evalúas procesos mentales sino observas la conducta que realiza el individuo como resultado del aprendizaje?    

En el caso del mercado laboral se busca el establecimiento de programas de ascenso de los empleados mediante los incentivos y las sanciones, lo que implica el uso de un reglamento, pero también mediante la identificación de las mejores prácticas en cada puesto, mismas que se utilizan para reforzar la copia por parte del resto de los trabajadores y que luego se estandarizan.  

Es decir que el conductismo no se ha dejado de utilizar, no está pasado de moda, y se sigue utilizando en varios países del mundo. Existen entonces dos preguntas ¿por qué y cuál es la razón de que se sigan usando? y sí su uso inhibe el proceso cognitivo de los estudiantes, lo modifica o bien contribuye al mismo. Es decir sí por usarlo se hace daño o no porque la gente no piensa y sólo asocia estímulos. Esto implica preguntarse si el conductismo hizo aportaciones a las teorías de aprendizaje y con ello al trabajo áulico y al proceso educativo y sí es así cuáles son.

Desde el punto de vista del pensamiento complejo, sí la conducta existe es porque existe la mente, no hay disyunción, no podemos tomar una postura simple en la que neguemos la existencia de ninguno de los dos polos, al estudiar uno debemos adentrarnos necesariamente en el otro, así que negar la mente como base del comportamiento de un ser humano resulta en un pensamiento parcial, pero negar la conducta también lo es, ya Vygotsky lo decía: no hay separación entre el pensamiento y la conducta lo que lo articula es el lenguaje… Es decir que lo que pienso con palabras lo hago, el discurso interno se vuelve entonces el regulador de esa conducta que se observa y que efectivamente nos brinda información de los procesos mentales del sujeto.     

Por esto, la primera aportación que hace el conductismo y que hoy se puede retomar es la eliminación de la subjetividad en la observación del comportamiento humano, puesto que al emerger del positivismo como filosofía de la ciencia, históricamente y casi al mismo tiempo, la metodología de observación que aportan es bastante útil. Es decir que esta teoría aporta herramientas para observar cómo se comportan los estudiantes en el aula con pasos muy claros sin hacer interpretaciones subjetivas de inicio. Por ejemplo, escribir lo que sucede por descripción de comportamientos en oraciones cortas que eviten que desde que suceden el maestro o maestra ya esté haciendo juicios. Si bien es cierto que esto no es suficiente, y que obviamente, una vez que se han recuperado las observaciones, el análisis de lo que sucedió no se puede quedar ahí, esto es sólo el principio para elaborar registros, diarios de campo y listas de cotejo, es decir para la recopilación de la información, en donde un docente registra lo que observa en términos de descripción de conductas, que no sus sentimientos sobre un determinado estudiante, lo que provee de un elemento básico inicial para observar tanto su propia práctica como los procesos que se dan en el aula. No es lo mismo escribir: Cuando se le habla detrás del oído a José no voltea y no responde, a relatar: José está sordo o se hace menso porque no escucha cuando le hablo. Esto último es una mera interpretación sin análisis que emerge de no saber registrar lo que se observa. Por lo tanto, establecer la conducta por observación permitirá identificar lo que sucede en el aula para posteriormente analizarlo de manera más profunda utilizando para tal efecto las teorías de aprendizaje, de personalidad, ecológicas y otras, y otros múltiples instrumentos. Lo importante a resaltar aquí es que la metodología para la observación y registro de la conducta como comportamiento observable y objetivo sin interpretaciones subjetivas por parte del observador, evaluador o docente es una aportación que viene del conductismo y que se puede retomar, sin que esto implique ser conductista.  Hay libros enteros sobre cómo observar a las personas, que se usan en la psicología clínica y educativa que emanaron del conductismo y son vigentes a la fecha. 

La segunda aportación del conductismo es la identificación de los detonadores de la conducta que se encuentran en el ambiente externo al sujeto, qué la desata,  qué la controla y sobre todo qué la incentiva, esto independientemente de analizar posteriormente desde una visión multidimensional, dichos detonadores, identificando sus causas cognitivas, mentales, sociales, culturales, etcétera. Lo que sí es que observar cuándo es que una conducta se presenta nos puede dar pautas sobre las condiciones en que ciertos eventos se presentan; identificar esto es otra aportación del conductismo cuando se manejan grupos de infantes, niños, niñas, jóvenes y aún de los adultos.

La aplicación del análisis del antecedente y del consecuente de la conducta se puede aplicar, por ejemplo cuando un docente puede identificar que sí los niños y niñas empiezan a ver el reloj, aún sin saber la hora qué es, es que el estímulo del toque de salida se encuentra cerca y esto quiere decir que deberá diseñar estrategias que motiven más su atención durante estos minutos, sobre todo si son adolescentes, o bien en educación inicial en dónde existen ciertos antecedentes que pueden provocar berrinches en los pequeños que deberán ser evitados, como lo hacen cuando se modifica su rutina de sueño, es decir que el antecedente fue no haber dormido y por lo mismo se aprende respetar su rutina.     

Por otra parte, las neurociencias actualmente tienen muy claro que existen mecanismos neuronales que producen la motivación cuando algunos neurotransmisores aumentan causándole placer al individuo y con ello la repetición de las conductas como respuesta a ello, así como también existen neurotransmisores que la inhiben desatando procesos de stress o de castigo para el sujeto, es decir sensaciones desagradables que buscará evitar posteriormente. No necesariamente son actos razonados sino procesos neurobiológicos que consisten en que cuando una persona observa algo que le gusta siente placer en ciertos lugares cerebrales, por lo que tiende a repetir aquello que lo generó, esto explica los procesos de adicción y compulsión que no tienen nada de racionales como fumar, tomar, comer, jugar cartas, etcétera, y aunque obviamente existen causas emocionales subyacentes que los generan, la explicación mínima y básica se encuentra en el hecho de cómo el sujeto siente placer por llevar a cabo cierta conducta porque aumenta la producción de dopamina en su cuerpo. De hecho existen programas conductuales y terapéuticos a base de terapias y en algunos casos de medicamentos que ayudan a evitar la adicción modificando estos patrones neurobiológicos de conducta y mucha gente se ha visto liberada de este tipo de esclavitud por su participación en estos programas conductistas.   

La tercera aportación del conductismo es la garantía de que la repetición de una acción genera que el conocimiento conceptual y procedimental que se quiere se quede, es decir que se guarde en la memoria. Si bien es cierto que los conductistas explican esto por asociación, es decir que ellos dicen que se aprende algo cuando se asocia un estímulo con su respuesta y por hacerlo muchas veces, como por ejemplo cuando el niño repite: 2X1=2, 2X1=2, 2X1=2… hasta que lo dice por sí mismo; aún que no entienda cómo se produjo el proceso de hacer tablas, y que dicha explicación no necesariamente es cierta, dado que esto no se explica por asociar elementos sino más bien por el uso de la memoria como habilidad básica del proceso cognitivo que entra en juego; lo importante a considerar aquí es que fue el conductismo el que aportó que la repetición influye en el aprendizaje.  Esta aportación se explica por lo que hoy sabemos sobre la memoria y el cerebro: que es la estimulación neuronal que se logra por el ejercicio o la repetición la que genera un incremento en el engrosamiento de la corteza cerebral garantizando así que la información se guarde en las redes neuronales de la corteza, de ahí que la repetición sea básica para consolidar los procesos de memorización. No obstante, lo que hoy también podemos identificar es que dicha memorización no necesariamente tiene que ser rutinaria, aburrida, ni en grandes cantidades, ni mucho menos igual, sino que debe haber procesos de repetición del mismo concepto en diferentes contextos que se asocien a la construcción del significado.  

Señalar que el aprendizaje se da por asociación estímulo respuesta en repetición continua generó una gran masa de información a favor o en contra del principio, y lleva a analizar sistemas educativos que se basan en el mismo como los que existen en Japón, China y Corea que se encuentran en los primeros lugares en PISA, y aunque han introducido prácticas constructivistas, no se pueden modificar las prácticas Confucianas históricamente arraigadas en las que los estudiantes siguen aprendiendo por la repetición continua varios de los conceptos que ancestralmente se consideran parte de la cultura. Si bien muchos lo explican a partir de dos conceptos: la memorización con la intención de comprender obtiene resultados, pero también porque existe la pirámide de la memoria: es decir cuando se ejercita el aprendizaje de algunos conceptos, al principio es lento y difícil, pero mientras más se ejercita, el crecimiento de la capacidad memorística es exponencial, de manera que cada vez cuesta menos trabajo y se agiliza la automatización del ejercicio. Esto explica porque las personas que leen mucho tienen mejores niveles de comprensión que las que no leen.  

Si bien todo proceso de repetición es criticado por otras corrientes como el constructivismo, mismo que como todo paradigma cuenta también con sus fallas, existen ciertos problemas cuando los niños y las niñas no memorizan ciertos conceptos que se consideran clave para que siga construyendo por sí mismo, como lo sería saberse los días de la semana, los meses del año, las capitales de los estados, las partes del cuerpo humano y su función, etcétera. Es decir que, por ejemplo, aun que un niño aprenda a construir las tablas por los procesos más significativos como lo sería hacer bolsitas de dulces, esto no garantiza que las automatice y que cuando se le pregunte: 5 X 8 responda de manera rápida, puesto que lo que hará será ir sumando 8+8+8+8+8, imaginándose las bolsitas, hasta que llegue el resultado, lo que complica su desempeño en situaciones complejas en donde tenga que multiplicar grandes cantidades por automatización. Es decir que al construir las tablas memorizó el proceso de construcción, el procedimiento, pero no las tablas, no el resultado. El problema aparece en secundaria cuando el docente se queja de que los niños no pueden hacer ecuaciones, porque no pueden usarlas rápidamente, por ejemplo para resolver: 3×2+ 5=32, tendrían que saber computar de manera automática, de otra manera no les da tiempo de terminar y tendrán el resultado mal. Entonces el maestro de matemáticas de secundaria termina haciendo ejercicios de memorización de las tablas porque no se las saben los estudiantes. Esto, por ejemplo, es una crítica que los propios Finlandeses hacen de su sistema de aprendizaje puesto que utilizan la calculadora para resolver los problemas que implican hacer cuentas, asunto que según ellos lo ha llevado a bajar sus estándares en la resolución de problemas y representaciones matemáticas. 

El asunto es que por más significativo que sea un aprendizaje, cuando los conocimientos que resultan clave no se guardan en las redes neuronales de la corteza cerebral en donde radica la memoria, no se pueden construir los siguientes, no se puede buscar más información sobre los mismos, porque no se conocen. Cualquier búsqueda actual en el Internet se da porque uno cuenta con ciertos conocimientos que resultan indispensables para poder construir los que siguen, y estos cumplen con cierta convencionalidad, es decir el niño o niña no puede buscar algo sobre figuras geométricas si no conoce el vocablo que la identifica, si quiere saber más sobre triángulos, deberá escribir eso en el buscador: triángulos… sabiendo qué es un triángulo. Pero además sino relaciona la palabra con su significado, y aun habiendo recibido una clase constructivista sobre el tema, sino sabe lo clave, y esto es de memoria, difícilmente resolverá el problema. Pongamos por ejemplo un caso real. Una amiga me decía que padece una enfermedad compleja poco estudiada, de la que no se sabe mucho en el país, que se presenta con muchos síntomas, más de 50, por ejemplo. Durante años buscó saber que tenía, la enfermedad avanzaba sin remedio, y por más que buscaba a partir de los síntomas no llegaba a nada, no fue sino hasta que tuvo un nombre, un solo nombre médico que no conocía, lo que le permitió buscar más información para superarla. Es decir hasta que no tuvo el conocimiento clave, mismo que se tuvo que memorizar porque además tenía una palabrota de esas médicas difíciles de acordar, no lo pudo resolver. Lo que resulta en una lección aprendida: no es necesario que los estudiantes repitan las cosas como merolicos sino que se realicen actividades que los lleven a recordar lo que ha aprendido. Por ejemplo si ya construyeron las tablas y sus conceptos pueden aprender a aplicarlas cantándolas, repetición que no es monótona y mucho menos aburrida pero que agilizará su uso automatizado cuando las necesiten.   

Más aún, la importancia de la memoria en el aprendizaje está dada por los padecimientos como el Alzheimer, en la medida en que las personas comienzan a perderla, en esa medida el cerebro se deteriora hasta quedar totalmente inerte. Es decir que la memoria juega un papel importante tanto en el aprendizaje como en todos los procesos de ejecución y operación que lleva a cabo el cerebro de un sujeto. En este sentido, la aportación del conductismo consiste en reconocer que la memoria juega un papel importante en el aprendizaje y aún que no lo hayan dicho los conductistas literalmente, sus aportaciones llevaron a construir el concepto.      

Comprender todo lo anterior lleva necesariamente a considerar por qué razón muchos docentes que llevan prácticas constructivas regresan siempre a prácticas conductistas o bien incluyen ciertos elementos del conductismo, sí entendiéramos este hecho podríamos entonces revisar que el problema no es que los docentes no sepan diseñar y aplicar las prácticas constructivistas, sino como éste requiere de algunas aportaciones de otras teorías sin hacer las clásicas exclusiones que emanan del pensamiento simple: esto ya no sirve o esto es anticuado, porque no se terminan de resolver los problemas que enfrentan los docentes en el aula cuando no se observan todas las variables que emergen.  

Por otra parte no estudiar las aportaciones del conductismo trae severos problemas en tres ámbitos:  

1. En el diseño curricular porque las metas de aprendizaje se dejan en un nivel de dominio muy bajo tal y como lo señaló Bloom, que como ya se mencionó, aunque él decía que los verbos de los objetivos eran conductas, en realidad abrió el camino para identificar las acciones mentales que se realizan al conocer. Así que cuando en dichas metas de aprendizaje todas se remiten al uso de verbos como conocer, identificar, reconocer, comprender, describir, etcétera., se dejan fuera otras más complejas como: el análisis que incluye la clasificación, organización, priorización y la repetición del patrón o bien su excepcionalidad, así como la síntesis que es una habilidad del Siglo XXI por excelencia.  

2. En la evaluación porque si algo tiene claro el conductismo es cómo se evalúan las conductas de las personas como cambios que emergen de un proceso educativo en el que se observa lo que se hace para determinar en qué medida se ha avanzado; de ahí que cuando no se retoma la experiencia conductista se diseñen exámenes que tienen severos errores metodológicos.     

3. En el diseño de rúbricas porque no se utilizan los elementos claves para diseñar indicadores que fueron aportados por el conductismo lo que lleva a establecer criterios para evaluar con adverbios y adjetivos: siempre, correcto, nunca, etcétera. Esto genera subjetividad al evaluar como cuando se les pide: entregar el trabajo con letra bonita, puesto que lo bonito para el estudiante no necesariamente lo es para el maestro.    

La lección aprendida que deja el conductismo entonces es que cada teoría hace sus aportaciones y que estas deberán ser consideradas en la medida en que la misma realidad no es explicada por los paradigmas vigentes. No queremos decir con esto que hay que ser conductistas, NI MUCHO MENOS, sino que más bien recuperemos aquello que nos sirve para impulsar mejores procesos de aprendizaje en el aula. Y si bien podemos excluir que el aprendizaje se de por asociación estímulo – respuesta, sí podemos recuperar algunos elementos que nos pueden ser útiles sobre todo cuando inexplicablemente esas pequeñas contribuciones que emanan de un tema prohibido se siguen utilizando no sólo en México sino en el mundo.   

Bibliografía:  

Driscoll Marcy P., Psychology of Learning for Instruction, 3rd Edition, Pearson, USA, 2005. 

Foster Sharon, Brennan Patricia, Preventing behaviour problems: what works, Educational Practices, International Academy for Education, UNESCO, 2000.   


Kember David, The intention of both memorise and understand: Another approach to learning?, Higher Education, Academic Publishers, 31:341-354, Netherlands, 1996.

Olli Martio, Long term effect in learning mathematics in Finland, Curriculum Changes and Calculators, The teaching of Mathematics 2009, Vol. XII, 2, pp. 51-56.

Winsome Gordon, Behaviour Modification, Regional Training Seminar con Guidance and Counseling, Module 4, UNESCO, Frande, 2000. 

Sabías qué…  



1. Existen tres procesos que se llevan a cabo sistemáticamente en el cerebro: cognición, metacognición y ejecución. El primero relacionado con las actividades de procesamiento de la información interna y externa que permite conocer al sujeto y que hoy sabemos que incluye los aspectos afectivos y motrices. El segundo relacionado con la evaluación de ese proceso de conocer y que busca evaluar lo que se sabe, se piensa, se siente y lo que falta por saber, pensar y sentir, pero que también hace una evaluación del movimiento. El tercero encargado de ejecutar las órdenes que vienen de los dos procesos anteriores: cognición y metacognición, que nos llevan a una acción determinada en el ambiente,termina siendo un desempeño concreto, algo que hacemos después de haber procesado la información, después de haber conocido algo, es decir es un producto cognitivo y por ende afectivo.

2. La ejecución que se traduce en un desempeño específico es el único proceso observable de manera directa, pero está regulado por el lenguaje, es decir lo que hacemos resulta de lo que hemos pensado con palabras adentro de nuestra cabeza, de ahí que el lenguaje interno sea la base del desempeño exitoso, es decir del que responde a las exigencias del ambiente logrando los fines que persigue el sujeto en concordancia con lo que la sociedad solicita. El desempeño por tanto es un comportamiento que se observa y por lo tanto cuenta con características cualitativas y cuantitativas que se pueden medir de manera que se puedan tomar decisiones para mejorarlo.  

3. La observación del desempeño nos permite hacer interpretaciones e inferencias de lo que sucede a nivel cognitivo y metacognitivo, por lo que las aportaciones para registrar ese comportamiento elaboradas por el conductismo determinan qué sucede en el ambiente como antecedente y consecuente y cómo el sujeto reacciona ante las mismas. Esto es útil para llevar a cabo diarios de campo, registros anecdóticos, listas de cotejo, análisis de puntos de referencia y otros instrumentos en los que se registra lo que se hace y lo que sucede en el ambiente de una manera objetiva, válida y confiable.  

 Consejos prácticos  

1. Aprende a diseñar registros de observación en los que sólo escribas los hechos, lo que se observa, sin adjetivos y sin adverbios, porque esto te permitirá tener información más objetiva sobre lo que sucede en el entorno, esto implica escribir sólo lo que sucede, en oraciones cortas sin hacer interpretaciones de inicio, describiendo lo que pasa, los eventos que acontecen de manera fáctica, de manera que posteriormente se puedan contrastar con otra información como los procesos y resultados de aprendizaje y las teorías que explican varios problemas.  

2. Cuando lleves a cabo observaciones identifica lo que sucede antes y lo que sucede después, esto te podrá ayudar a tomar decisiones sobre el futuro. Es una contribución que emerge de observar que lo que se está dando en un análisis de inicio, proceso y resultado nos explica qué es lo que desata ciertos comportamientos, que sí bien no se explican sólo por su ejecución nos aportan luz al análisis de los mismos.   

3. Identifica que cuando una meta curricular utiliza verbos simples como: reconocer, comprender, describir, señalar algo, se pueden modificar por verbos más complejos que representan mejores habilidades de pensamiento como: organizar, clasificar, elaborar, analizar, sintetizar, etcétera, asunto que elevará lo que busques que los estudiantes aprendan y lo que hagas en el aula. No es lo mismo: identifica el color rojo en el ambiente,

a clasifica el color rojo que existe en el ambiente, a crea diferentes tonalidades de color rojo en el ambiente. Observa como el uso de acciones más complejas en el pensamiento te llevará a impulsar que los estudiantes lleven a cabo procesos de aprendizaje más profundos que sólo a conocer, identificar o reconocer algo… 

4. Analizar las diversas corrientes teóricas y retomar las contribuciones de una manera crítica, es una capacidad docente del Siglo XXI, es lo que hacen los educadores efectivos porque es sólo así que pueden explicar la realidad de una manera compleja. No se casan con una sola corriente, ni con una sola fuente, retoman lo que les sirve para mejorar su práctica siempre y cuando existan razones sólidas y confiables para hacerlo. Esto implica aprender a retomar los aspectos que aparentemente son contrarios pero que en realidad se complementan entre sí, existe uno porque existe el otro, no aceptarlo o bien negar la existencia de otras corrientes implica reducir las posibilidades de acción en el aula.   

Calidad Educativa Consultores S. C. es una empresa que busca impulsar la calidad en la educación desde la perspectiva del fortalecimiento y actualización de lo procesos de intervención educativa, pedagógica y didáctica que los y las docentes, sus directivos y supervisores realizan buscando responder con ello a las necesidades y el contexto del Siglo XXI. ¡Contrata nuestros servicios!

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